Cree el hábito de hablar con sus hijos diariamente. Cuanto más sepa sobre su hijo, más fácil será guiarlo hacia actividades y amistades más positivas. Como resultado, existirán menos probabilidades de que su hijo experimente con alcohol, tabaco o drogas ilegales. Establecer una relación cercana con su hijo hará que sea más fácil que acuda a usted cuando tenga un problema. También es importante no ser crítico. La reafirmación positiva y el apoyo constructivo son más eficaces para influenciar el comportamiento de su hijo que el criticismo.

Comencemos a hablar

1. ¿Qué tan bien conoce a su hijo? Aquí tiene una prueba rápida. Hágale las siguientes preguntas a su hijo y deje que él lo guíe a una conversación más larga. Puede hablar sobre una pregunta por día o una por semana. Piense en otras preguntas que puedan preguntarse entre sí. Considere hacer de las preguntas y conversaciones parte de su rutina diaria.

1. ¿Quién es el mejor amigo de su hijo?

2. ¿Cuáles son los nombres de los maestros de su hijo? ¿Quién es el maestro favorito de su hijo? ¿Sabe por qué?

3. ¿Quiénes son algunos de los modelos de conducta de su hijo? ¿Qué es lo que admira de estas personas?

4. ¿Qué desearía su hijo si viera una estrella fugaz?

5. ¿Cuál es la película o programa de televisión favorito de su hijo?

6. ¿Qué tres palabras usaría su hijo para describirse a sí mismo? ¿Y para describirlo a usted?

7. ¿Cuáles son los pasatiempos de su hijo?

8. ¿Cuáles son los objetivos futuros de su hijo?

Verifique con su hijo para ver cómo le fue en la prueba.

2. Reserve algunos minutos al día. Hablen sobre problemas o desafíos que pudieron surgir durante el día y hablen sobre cómo los superaron. Pídale ideas a su hijo sobre temas simples para ayudarlo a desarrollar habilidades para resolver problemas. Estas habilidades pueden ayudarlo a resistir la presión grupal para consumir alcohol y drogas para resolver problemas.

3. Valide los sentimientos de su hijo. A veces, los niños reaccionan a situaciones de modos que creemos que son inadecuados, tontos o demasiado dramáticos. Eso es debido a que los niños no tienen el beneficio de nuestra experiencia adulta. Lo que para nosotros es insignificante puede ser muy importante para ellos.

4. Practique escuchar activamente. Cuando muestre interés en lo que su hijo tiene para decir, él se abrirá. Una técnica para demostrar que está escuchando y entendiendo es parafrasear lo que su hijo le dice. Por ejemplo, si su hijo dice, "Me gusta jugar al fútbol, pero la práctica es a la misma hora que mi programa favorito de televisión". Usted puede decir, "Vaya, esa es una decisión difícil. Por un lado, te gusta mucho jugar al fútbol, y por el otro, no quieres perderte tu programa favorito".

5. Haga preguntas. Los niños tienen mucho para compartir cuando creen que sus opiniones importan. Pídale a su hijo su opinión sobre las decisiones familiares. Estas decisiones pueden ir desde qué cenar hasta a dónde salir a pasear. Mostrar interés en su opinión hará que su hijo se sienta más cómodo para abrirse a usted. Si tiene éxito en establecer líneas abiertas de comunicación con su hijo sobre eventos diarios, existen más probabilidades de que busque su opinión también en temas importantes.